¡Adiós al encierro en prisión!: Tres claves para la libertad

19.03.2021 | www.kla.tv/18360

Miles de millones de personas que antes eran libres se encuentran de repente encarceladas durante meses y obligadas a llevar mascarilla. Hablo con cierto cinismo: ¿se prolongará este encarcelamiento durante años? ¿O acaso una vacuna forzada que altere el ADN permitirá pronto a los primeros pasar, por así decirlo, de la célula única a la célula comunal? ¿El previsto astillado forzoso conducirá también a limitar los paseos comunitarios en el patio de la cárcel, por así decirlo? ¿O existen libertades de movimiento aún mayores e inimaginables, que por supuesto no ponen en peligro la vigilancia total, como los desplazamientos de comunidades enteras para realizar trabajos forzados en las naves de los amos del encierro? Digo que hablo con cinismo, pero lo que aquí suena a mala ciencia ficción podría ser muy pronto una amarga realidad. Cualquiera que actualmente prometa más a la servil, por engañada por los medios de comunicación, comunidad mundial... afirmo que está difundiendo falsas esperanzas. A menos que se produzca un rápido despertar mundial a todos los niveles, el escenario de horror descrito se convertirá en amarga realidad, creedlo. Pero ¿cómo puede una población mundial, dividida como nunca antes lo había estado, porque está engañada por los medios de comunicación, despertar lo suficientemente rápido y convertirse en la unidad de acción? Esa es la cuestión. Y doy como respuesta a ello inmediatamente las 3 claves de la libertad: 1.ª clave de la libertad: La humanidad está dividida como nunca lo había estado antes... Lo afirmo porque el debate público es insuficiente. Además, debe ser dirigido por los mayores expertos libres e independientes, no por los legos, o con presencia de esos mismos legos. Podemos suponer que el mayor interés común posible de todos los pueblos aún divididos entre sí consiste en escuchar atentamente los debates profesionales públicos. Es lo que quieren. Así que no discutamos más entre nosotros en la calle sobre los pros y los contras, que, por ejemplo, conlleva toda la historia del Covid, el tema del 5G, o la historia de la vacunación, etc. La información lo aporta todo, pero sólo cuando uno quiere escucharla, ¿entendéis? En cambio, los debates populares no aportan nada. Nada ha cambiado. Pero pongámonos de acuerdo todos para exigir uniformemente, como un solo hombre, el debate público, para forzarlo. Porque esto es exactamente lo que se está impidiendo ante todos -empezando por la política, los medios de comunicación de masas, la economía de beneficio unilateral con todos sus grupos de presión, etc.- Así que cada debate entre aficionados por sí solo siempre y sin excepción conducirá a más y más división y, por lo tanto, también al debilitamiento. Una ley suprema de la naturaleza dice: cuando se asienta la verdad objetiva, la humanidad sincera se une sin fisuras ¡y así ha sido siempre y en todo! Pero cuando se imponen y perduran las divisiones, los desacuerdos y demás, hay una carencia primaria de información pública, de discusión y de debate, ¿comprendéis? Todavía no están sobre la mesa todos los hechos de los que es necesario hablar, de ahí también la gran división. Pero tan pronto como el debate abierto, es decir, público, la discusión, permita que todas las voces hablen, y así se descubra la realidad, se producirá una unidad total entre todas las personas sinceras, y fluirá por sí misma, sin esfuerzo. Cualquier división será imposible entre estas personas, porque las divisiones, los odios, las envidias y las guerras sólo tienen lugar allí donde los obstinados quieren anular a sus semejantes, quieren dominarlos, quieren influir en ellos de forma antinatural o simplemente quieren explotarlos. Como así ocurre. Somos, por naturaleza, personas sinceras, todos nosotros. Por naturaleza, digo. Todos nosotros, sin excepción, los que deseamos el bien común y tenemos una sincera intención de obrar bien por los demás. Los medios de comunicación financiados con nuestros impuestos deberían estar realmente obligados legalmente no sólo a permitir, sino a fomentar estos debates necesarios que exigimos; de lo contrario, habrán perdido definitivamente cualquier derecho a existir. No deberían seguir siendo apoyados. Como hace tiempo que han dejado de hacer precisamente esto, todos los que están justamente divididos entre sí deben exigirlo uniformemente. ¿Exigirlo a quién? Por ejemplo, a las autoridades de todo tipo, ya sea por carta, correo, teléfono o presencialmente: exigid un debate abierto y sin censura con profesionales independientes –independientes--, de hecho, exigidlo a todos los medios de comunicación, exigidlo a vuestros propios partidos políticos, exigidlo a los presidentes de las comunidades, de los ayuntamientos, a la judicatura, al clero o a quienquiera que haya adoptado una posición de responsabilidad. Pero esta demanda nos lleva a otra puerta cerrada de esta cárcel y por lo tanto a mi segunda clave que conduce a la libertad. 2.ª clave de la libertad: Circula la opinión errónea de que las discusiones públicas sobre asuntos técnicos no sirven para nada porque, de todos modos, los aficionados nunca pueden distinguir entre hechos y falsedades. Pero escuchad bien, este es precisamente uno de los mayores errores, y no ha sido traído al mundo por la gente misma, sino sólo por esas fuerzas ávidas de dinero y poder, que quieren imponer sus intereses sin que haya quien los pare, ¿entendéis? La verdad es que el pueblo, por muy numeroso que sea -incluso miles de millones-, es capaz de mucho más que las meras decisiones democráticas mayoritarias; mucho más, digo. Al igual que la propia naturaleza ha permitido que un enjambre de animales, por ejemplo, cambie de dirección uniformemente en 0,6 segundos, esa misma naturaleza lo ha creado aún más en nosotros, los seres humanos, potencialmente -por supuesto-, pero esto tiene que desarrollarse: llegar a ser como un todo, como una única humanidad. Os lo ruego: compartid estos hechos, testimonios y conexiones con todas las personas, por más que ahora nuestras opiniones sigan siendo divergentes. La razón más profunda de que las opiniones estén aún divididas radica sola y únicamente en la carencia de una información de calidad, que se corresponda con la realidad. Mientras la información pueda ser deliberadamente censurada y denigrada de forma barata por gente obstinada, como ocurre ahora mismo con decenas de miles de informaciones de primera línea sobre la Covid, ya sea en YouTube, Google, Mainstream, etc., la humanidad seguirá y deberá seguir estando dividida, no puede ser de otra manera. Así que, ante todo, exigid la admisión de todas las voces expertas necesarias, y seguid haciéndolo hasta que esa unidad fluida de la que te hablo aquí vuelva a estar garantizada para todas las personas. Vendrá por sí misma cuando las escuchen. Pero es imprescindible aprender a escucharnos de nuevo. Ésa es quizá la lección número 1: escucharse de nuevo unos a otros, cada uno a los demás, no importa de qué orígenes o campos se proceda, ¡debemos escucharnos unos a otros! ¡Así que luchad juntos, a pesar de las divisiones persistentes, contra la censura --todos contra la censura-- porque en realidad nadie la quiere! Luchad también sin cesar por una información pública de calidad hasta que se produzca. ¿Pero cuándo será de calidad? También hay que responder a esta pregunta, y yo digo: Cuando nosotros, los seres humanos, como los enjambres de animales, nos hayamos convertido, de forma natural, fluyendo al unísono y libremente fuera de nosotros mismos, en una unidad total. Pero en qué se basa esta unidad total, a esto se responde con mi 3.ª clave, que es la de conducir hacia la libertad desde la prisión donde estamos encerrados. 3.ª clave de la libertad: No hay conocimiento que la humanidad necesite más que el conocimiento de que somos fácilmente navegables, como toda la humanidad sincera. He dicho sincera, además, completamente unificada con todo y con todos, sin límites. Y, sí, sé lo utópico que suena ahora mismo. Miles de años de experiencia de lo contrario parecen refutar rotundamente esa afirmación, pero sabéis que no es el caso. Doy esta tercera clave para la libertad después de décadas de aplicarla con éxito entre miles de personas de las clases más diversas y desesperanzadas. Estoy hablando la aparición de la Coalición Anti Censura (CAC), por ejemplo. Es el pilar de Kla.TV y mucho más. Es un documento vivo de ello. Entonces, ¿qué es lo que ha llevado sin esfuerzo a la unidad a estas personas que antes estaban irremediablemente divididas, de modo que hoy somos la mayor plataforma gratuita de disidencia informativa en el mundo, con más de 170 estudios y hasta 70 idiomas que interactúan con lealtad? Esta es quizá la respuesta más importante, la más práctica de las tres claves de la libertad: todo lo que es natural, todo lo que es contemporáneo y objetivamente fáctico, y que nos llega de esta manera, en realidad sólo hace que todos los corazones sinceros, que se esfuerzan por la autenticidad, por la verdad, latan más rápido, sin discusión. Por eso siempre hablamos de una navegación de paz liberadora o de paz comunitaria, de paz unificada. Si el hombre no pudiera distinguir naturalmente lo verdadero de lo falso, o lo oportuno de lo inoportuno, o lo genuino de lo falso, no podría vivir en absoluto. ¡Esto es, sencillamente, lo que debemos tener claro! Desde el principio de la creación los seres humanos navegamos por influencias edificantes o deprimentes, de arrastrarnos hacia abajo, que nos llegan al corazón. Todo lo que nos llega de acuerdo con la creación, de acuerdo con la verdad, todo lo que nos llega de acuerdo con el tiempo o de acuerdo con la proporción, nos libera interiormente, nos llena de paz, de alegría, de confianza. En cambio, todo lo que tiene un efecto antinatural en nosotros, es inoportuno o nos llega de forma desproporcionadamente antinatural, por ejemplo, las cosas ilícitas, la mentira, la explotación, el engaño, etc., tiene automáticamente un efecto perturbador en nosotros. Es muy lógico, tendrá un efecto depresivo, un efecto destructivo en nosotros. Son fuerzas de la naturaleza que fluyen libremente y que actúan de forma fiable en nuestro interior. Así que, en cuanto nosotros mismos seamos sinceros y nos sintonicemos de nuevo con estos efectos de navegación de la naturaleza, nos relacionaremos sin esfuerzo con todas las personas sinceras, he dicho con todas, sin importar de qué procedencia sean, qué intereses, ambiciones, etc. Por cierto, con algunos ejercicios prácticos se puede readquirir y aprender esta navegación dispuesta por la naturaleza. Quien se involucra en esta navegación natural de la paz, de la libertad, del poder liberador interior, y lo pone por encima de todo, despierta -lo garantizo- en un mundo nuevo con tantas alegrías, con tantos amigos, como no podría imaginar en los sueños más hermosos. Por supuesto, sé que las personas individualistas, es decir, codiciosas, o ávidas de poder, pervertidas, maliciosas, no podrán hacer nada con esta navegación de paz, de paz interior. Pero la cuestión es: esas personas serán descubiertas muy rápida e inequívocamente por todos los demás, entended, los que aprenderán a moverse de nuevo de una manera orientada al poder, que entrarán de nuevo, de una manera orientada al poder, en los efectos de la paz que nos son naturalmente inherentes, que internamente abandonarán de nuevo el poder que nos libera, que se basa en todo lo que es sincero, en todo lo que es verdadero, que viene a lo largo del tiempo, de forma proporcionada, etc. Voy a resumir lo más importante una vez más: Todo orden realmente necesario, he dicho necesario, por su propia naturaleza ̶ por muy restrictiva o personalmente desfavorable que pueda parecer ̶ nos libera, sin embargo, interiormente, aunque no lo comprendamos. Nos interioriza, nos hace estar totalmente dispuestos, nos une automáticamente -a todos los sinceros- a unos con otros. Todo lo innecesario que se nos exige, inoportuno o desproporcionado, nos constriñe, nos oprime, nos golpea por dentro, por muy lógico que parezca. Nos llena de disgusto. Y ahí se puede decir: Toda forma de desequilibrio que recibimos los humanos, sea pequeña o grande, nos debilita, por muy lógica que parezca. Nos separa unos de otros, nos divide, nos provoca, y también nos estimula a resistir. Y, por favor, creedlo: la navegación interior según la creación es igual de sencilla y fiable. Es muy, muy fiable, muy precisa y en el sentimiento colectivo casi infalible. Lo hemos vivido durante décadas con miles de personas, lo hemos probado y lo hemos descubierto fehacientemente. ¡Así que en todas partes, donde se trata realmente del interés público y no sólo del interés propio, todas las personas son naturalmente uno! Pero: el interés propio divide, el interés común une. Es tan sencillo como eso. Y esto debe volver a afianzarse en nuestro interior más íntimo como una ley, y también en nuestra educación general. Quien necesite ayuda para encontrar el camino de vuelta a esta forma natural de navegación de los enjambres, puede ponerse en contacto con nosotros. Estaremos encantados de ayudarle de forma desinteresada, pero, por favor, no dejéis de exigir un discurso público hasta que ocurra exactamente lo que he explicado aquí sobre las claves de la libertad. Porque esa es exactamente la clave de la libertad. Soy Ivo Sasek, que ha permanecido ante Dios durante 43 años.

de is.

fuentes/enlaces: -